domingo, 27 de octubre de 2013

MI SOMBRA


TIERRA-I

Calla mi sombra
como si fuera a ajusticiarme.
No le concierne a ella
el eco de mis risas.

Vaga y servil la llaman “la perenne”
desde su acoso diario a mis tobillos.

Calla mi sombra,
empecinada camarera, burlona dama
de compañía.

Arrimada a mis piernas,
pegada a Tierra
como una pedigüeña,
calla mi sombra antigua,
inveterada como mi propia carne,
maldita y estupenda señora irreverente
con sus profanas mofas
indignas,
imitándome.

Ella me ve dolerme en el sudor,
se acopla,
conmigo se retuerce
y enquista su postura como una carcelera.
Por Tierra me persigue,
se ríe sin dentadura,
me observa sin pupilas,
se empequeñece a ratos o me abulta
el torso o la cabeza.

Todo da igual: me plagia,
me hace saber que luce
puesto que no transpiro,
y se muestra investida tan sólo
en su perímetro,
con esa plenitud de carne incompetente.

Se marcha victoriosa cuando desiste el sol,
tan sólo después de recordarme
-en código de ausencia-
mi opaca condición terrestre
de carne irreversible.


(del Libro "LA EDAD DE LA PACIENCIA"
Ed.Torremozas)

martes, 19 de marzo de 2013

LA EDAD DE LA PACIENCIA, en Torremozas




LA EDAD DE LA PACIENCIA en la editorial Torremozas

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AGUA-I

En burbuja sellada habitemos silencio,
sacro lugar que imploro,
donde la carne se contemple y ría ,
donde Todo es Verdad, y solamente.

Un silencio que estalla verdadero
y a su búsqueda acudo:
castillo virginal, cuna del Eros
del que fuimos y somos.

Habitantes de aquel Agua,
nacimos
donde el suelo era un humus,
terciopelo
o roja muselina.

Un visceral anhelo en que flotar,
en el nutriente néctar
de plancton ondulante
como una cabellera.

Sueño infinito,
qué tentación volverse a esa marea,
a esa danza de sauce lacrimal,
a ese rito de ignotos rudimentos,
esa espiral de paz,
silencio,
gestación de la sed…..

Estremecidos ojos, manos, cordón
umbilical:
volvamos al centro de la luz,
a ese seno de carne,
acotado panal,
del baúl inconsciente la llave
y el portón,
escombrera de miedos,
del futuro embajada,
de la especie anfitrión.

De la sangre burbuja:
esa laguna breve en útero mayor,
y en un tono menor
aquella letanía,

constante,

del corazón…..

Porque aprendimos a ser desde la calma oscura,
el precioso infinito puerta sea.

Que esa alcoba purísima  presida
el humus cardinal que así nos continúe.

Filtrarse junto al Todo
e invictos proyectándonos hacia el Seno total,
seamos
en el néctar.